jueves, 8 de septiembre de 2016

Una exposición “tipo Huellas” en Lorca.


Desde hace años se lleva publicando periódicamente en prensa el deseo de hacer en Lorca una exposición “tipo Huellas” o “como Huellas” tras la culminación de la más que necesitada y solicitada restauración de San Patricio. La última vez que se ha publicado en prensa ha sido para hablar de un Huellas a la murciana, es decir, una exposición en un templo pero con piezas venidas exclusivamente del territorio murciano. Pero ¿qué fue Huellas? ¿Podría hacerse en Lorca?
Huellas es el resultado del llamado Proyecto Huellas, un proyecto que nació por influencia directa de la más que conocida Las Edades del Hombre que cuenta ya de varias ediciones. En el caso murciano el proyecto fue llevado a cabo por la Fundación Cajamurcia y el Obispado de Cartagena, participando también la CARM y el Excmo. Ayuntamiento de Murcia. Dicho proyecto llevaba parejo la restauración de la por aquel entonces deteriorada Catedral de Murcia, es decir, con la excusa de una exposición se restauraba un monumento. El resultado fue una magnífica exposición que aún se recuerda y que muchos seguimos añorando.
Comisariada por el catedrático en Historia del Arte, D. Cristóbal Belda, se aseguró que la exposición fuera recordada décadas después. Con éste gran nombre de la Historia del arte detrás del “monstruo de Huellas” llegaron piezas de distintos países como Rusia o Italia, no piezas “reguleras” sino de primer orden entre las que lógicamente Lorca aportó varias como piezas de orfebrería y textil.
Además el proyecto llevaba parejo el lógico estudio, la parte didáctica y divulgación, destacando en este último sentido el magnífico e impresionante catálogo resultante del que si se hiciera una segunda edición se agotaría rápidamente con total seguridad ya que somos muchos los que no nos hicimos en su momento con un ejemplar y son buscados bajo las piedras.
Por lo tanto, y en resumidas cuentas, la magnífica obra del Proyecto Huellas  tenía entre sus objetivos recuperar el patrimonio cultural (la Catedral de Murcia) y hacer una decidida puesta en valor del mismo cuyo legado perdura hoy día. Dentro del mismo proyecto, y realizado en años posteriores a la cita murciana, tuvieron lugar otras exposiciones como Salzillo, testigo de un siglo o La Ciudad en lo alto (en Caravaca de la Cruz). También buscaba poner a Murcia en el panorama nacional como destino cultural, más allá del turismo de Sol y Playa. Dar a conocer el devenir histórico de la Diócesis de Cartagena estaba también entre los objetivos a conseguir mediante la exposición de su rico patrimonio. La restauración de las obras de arte a exhibir es algo inherente a cualquier exposición, y ahí está el gran logro: recuperar la Catedral de Murcia y otros bienes artísticos.
El proyecto también estuvo presente en otras localidades como Cartagena, donde restauraron el Teatro Romano y crearon el museo, motivo principal por el que reciben miles de visitantes (los cruceros también tienen que ver aunque la elección de Cartagena como puerto tiene que ver también el patrimonio conservado y puesto en valor), encargándose de ello nuevamente la Fundación Cajamurcia.
En conclusión, la exposición conocida como Huellas fue el resultado de un gran proyecto donde lo fundamental era recuperar la Catedral y dar a conocer Murcia, es decir, un trabajo de años y millones de euros resultado del trabajo constante y remunerado de expertos como historiadores del arte, restauradores entre otros formando sus filas.
¿Una “exposición tipo Huellas” o Huellas? Las diferencias son más que evidentes: el edificio se está restaurando al margen de la exposición, no hay proyecto como el de Murcia, las piezas serían de ámbito regional, etc.
Siendo así cabría preguntarse si no se podría ir más allá. Huellas fue, acabó. La realidad y necesidades de Lorca son otras como la de crear un cuerpo cultural racional y lógico, bien estructurado; y la oportunidad está ahí y es ahora cuando puede realizarse. Hay que ser mucho más ambiciosos puesto que de una gran ambición se consigue una parte, y si se ambiciona poco se consigue menos todavía. Es hora de pensar a lo grande, de ir mucho más allá de lo que se ha pensado jamás, de quitarnos el complejo. Una exposición está bien pero podría ser una parte del corpus total que Lorca se merece. Ambicionemos Lorca y su patrimonio. Rememos todos en la misma dirección soñando lo imposible y logrando lo posible... todos juntos.

 Para saber un poco más sobre el Proyecto Huellas y algunas cifras hacer clic aquí.


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