Leemos recientemente en prensa
sobre la restauración de la Iglesia de San Pedro que se ha empleado acero corten
para distinguir el original de lo nuevo. Esto último es importante, ya que desde
hace décadas se exige la distinción de materiales originales en recrecimientos,
adición de material y toda aquella intervención donde se reincorporen materiales. Por un lado nos congratulamos de que se nos escuche
en los despachos del Ayuntamiento cuando aplicamos vocabulario y conceptos
correctos de conservación, pero hemos de ir un poco más allá ya que aplicar
esta terminología no es adecuado si no se aplica y lleva a la práctica correctamente. Vamos
a analizar si el uso de materiales distintos en la Iglesia de San Pedro es
correcto o un atentado contra el patrimonio.
Según las normas de restauración
hay que realizar acciones de restauración que faciliten la diferenciación entre
el original y lo nuevo. Esto no quiere decir que necesariamente se tenga que
utilizar otro material completamente distinto sino que se puede usar el mismo creando otras texturas, usar
colores distintos, etc. Otro concepto a tener en cuenta y del que no hemos
hablado hasta ahora es que aquello
que se haga ha de ser reversible. Además de lo anterior es que la intervención no ha de romper con el bien en el que se trabaja ni su
entorno, en el caso de edificios.
¿Se ha aplicado algo de esto a la Iglesia de San Pedro? Si bien habría que conocer el proyecto y ver los materiales y la documentación generada antes, durante y después de la intervención, sólo hay que mirar a la Iglesia y su entorno para ver que no es así. El nuevo edificio que están creando “se come” lo original y desde luego rompe completamente con el entorno. Cuando se reconstruye volumétricamente un edificio se hace teniendo en cuenta la forma del original perdido. ¿Ha sido así? Si comparamos una fotografía del original, cuando tenía su techumbre, y el estado actual, vemos claramente que no. En cuanto al material empleado, el acero corten, ya la propia UNESCO exigió la retirada del mismo cuando se completó con este material la esquina de varias torres de la Alcazaba de Almería. ¿Qué dijo la UNESCO al respecto?
¿Se ha aplicado algo de esto a la Iglesia de San Pedro? Si bien habría que conocer el proyecto y ver los materiales y la documentación generada antes, durante y después de la intervención, sólo hay que mirar a la Iglesia y su entorno para ver que no es así. El nuevo edificio que están creando “se come” lo original y desde luego rompe completamente con el entorno. Cuando se reconstruye volumétricamente un edificio se hace teniendo en cuenta la forma del original perdido. ¿Ha sido así? Si comparamos una fotografía del original, cuando tenía su techumbre, y el estado actual, vemos claramente que no. En cuanto al material empleado, el acero corten, ya la propia UNESCO exigió la retirada del mismo cuando se completó con este material la esquina de varias torres de la Alcazaba de Almería. ¿Qué dijo la UNESCO al respecto?
“El centro Unesco de Andalucía ha
criticado con dureza que se use acero para restaurar la Alcazaba de Almería, un
monumento del siglo X. El recubrimiento de tres de las torres de la fortaleza
árabe es, según un informe conocido ayer, un ejercicio de 'experimentación
injustificada' que rompe con la 'poética del lugar'. Este organismo quiere que
se desmonte el metal y se vuelvan a usar los materiales andalusíes (...).Para
el Centro Unesco de Andalucía, este material 'presenta una textura lisa y un
color marrón oscuro que supone un tremendo contraste con el resto de la
muralla', se puede leer en su informe (…).Para la Unesco, la actuación 'es aún
más grave cuando se hace sobre un Bien de Interés Cultural de propiedad
pública, con promoción y financiación también públicas'” (Público, 23/3/11).
Fotografía: Lorca por su patrimonio cultural.
Viendo la fotografía anexa o
directamente mirando hacia la iglesia podemos ver que lo que dijeron desde el
organismo se puede aplicar perfectamente al caso lorquino. Esto, junto con la
sustitución de la balaustrada original del siglo XVI de Santa María por una
nueva o la restauración a la que tiene que verse sometida la
portada del Palacio de Guevara una vez más nos dan una idea del maltrato al que se ve
sometido nuestro patrimonio. Otro ejemplo es la espeluznante Calle Selgas o los
continuos desprendimientos de cornisas y tejados. Pero si esto no mueve a los
lorquinos a exigir la conservación de nuestro patrimonio tal vez lo hagan las
cifras económicas, y es que según publicó en
de agosto de este año la Agencia Europa Press, “el 68% de los europeos
tiene en cuenta el patrimonio cultural a la hora de viajar”. Por lo tanto,
debemos exigir que nuestro patrimonio sea respetado y no maltratado hasta los
cimientos, y esto es tarea de todos.
Si bien los políticos empiezan a
usar el vocabulario que les facilitamos desde Lorca por su patrimonio cultural,
también deberían plantearse el crear equipos multidisciplinares para evitar
desastres como el que está aconteciendo en San Pedro hecho del que nos arrepentimos
ya sin que se haya terminado la obra porque, recordemos, esto no es una
restauración sino una construcción que desvirtúa completamente la importancia de esa construcción, de las más importantes por sus eseciales características.
Vídeo de Mariano Hernández.
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